jueves, 10 de febrero de 2011

El cuervo, compañero de dioses

Con unas dimensiones que oscilan entre los 52 y los 69 centímetros de longitud y con un peso que varia entre 0,69 y los 1,7 kilogramos, este ave ha inspirado un sinfín de cuentos, temores y miedos que, dependiendo de la zona donde preguntemos, han hecho de este ave una proscrita o una divinidad.
Viven en casi todos los continentes lo cual indica que es un ave que se adapta con facilidad a los diferentes hábitats, incluso, pese a que se ubican principalmente en los montes, arboledas y acantilados, se ha adaptado a la vida en muchas ciudades.
Con uno de los cerebros más grandes del reino de las aves, este pájaro es capaz de planificar, comunicarse, contar, e incluso, usar herramientas para obtener comida o dirigir a otros animales para que trabajen para ellos, por ejemplo, llamando a lobos y coyotes a los lugares donde hay animales malheridos.
Su debilidad por los objetos pequeños y brillantes le ha acarreado la reputación de pequeños rateros, y aunque son onnívoros, la presencia de los cuervos en los campos de batalla, donde devoraban los cadáveres de los caídos, han hecho que esta ave inspire cientos de leyendas.
Desde los griegos, se ha considerado al cuervo como un mensajero de los dioses, que recorre la tierra y cuenta a los dioses qué es lo que sucede en sus dominios terrenales. Un claro ejemplo de ello, podría ser el de Apolo, el cual se enamoró la joven Coronis, una joven mortal a la que dejó embarazada.
Pese a todo, cuenta la leyenda que el padre de Coronis, con desconocimiento de lo sucedido, casó a la joven con un pariente. Un cuervo blanco subió a los cielos para contárselo a Apolo, tras lo que, cegado por la ira, prendió fuego al cuervo el cual perdió sus plumas blancas sustituyéndolas por otras de color negro. A partir de este punto, el cuervo se convirtió en un signo de mal augurio.
También se relaciona al cuervo con aptitudes psicológicas, como por ejemplo, en la mitología nórdica, donde Odín tiene dos cuervos, Huginn (pensamiento) y Muninn (memoria), los cuales recorren el mundo portando noticias terrenales a Odín. Se hace referencia al miedo que sentía Odín a que sus aves no regresasen de sus viajes diarios. Es una representación del terror a perder la capacidad de pensar y de recordar.
En la mitología celta, es Morrighan, diosa de la guerra, la fecundidad y las aguas la que va acompañada de cuervos. Esta imagen hacia que los guerreros celtas que veían cuervos sobrevolando los campos de batalla se sintieran bendecidos, lo que hacía que fueran más agresivos y lucharan con todas sus fuerzas.
Para los hebreos, el cuervo es la antítesis de la paloma ya que Noé, en su búsqueda de tierra seca, envía primero un cuervo, el cual no regresa porque encuentra una pila de alimentos. Es una representación del bien y del mal, ya que la paloma regresa pese a haber encontrado tierra firme.
Pese a que la mayoría de las veces este ave se asocia al mal, muchas culturas lo veneran y lo consideran un animal sagrado.
Un ejemplo de ello son los Inuit que creen que fue un cuervo el creador de la tierra y su vida. Para ellos los cuervos son sagrados y cazarlos o matarlos implica un gran pecado por el que tendrán que pagar.
En Inglaterra, durante el siglo XIX, se asoció a los cuervos con el dios Gales Bran Bendigeit, el cual es considerado como protector de Inglaterra. De esta forma los cuervos que hay en la Torre de Londres, han sido protegidos y preservados ya que se piensa que si llegasen a desaparecer sería el fin del reino de Inglaterra.
Cabe mencionar que el origen de la frase “cría cuervos y te sacarán los ojos “tiene su origen en este lugar ya que los criadores de cuervos que cometían un delito eran colgados en dicha torre donde, los propios cuervos que habían criado, se comían los cadáveres, comenzando por los ojos que eran su parte favorita.
Las leyendas tibetanas cuenta que al nacer el primer Dalai Lama su casa fue asaltada y sus padres se vieron obligados a huir. Cuando regresaron, se encontraron a la criatura sana y salva, rodeado por una bandada de cuervos. Desde ese momento el Dalai Lama es protegido por los cuervos y encuentran un lugar honorable en el budismo y en las diferentes disciplinas tibetanas.
Como final mencionaremos que en el norte de Europa, Siberia y Norte América, el cuervo es el guía para que el alma alcance la otra vida pero, si es un alma que ha sido asesinada injustamente, puede traer el alma de vuelta para que repare el daño sufrido (idea que inspiró la película “El Cuervo”). De esta forma, el cuervo pasa a ser el protector de las almas inocentes que han hallado un fin antes de tiempo.